miércoles, 11 de noviembre de 2009

Tarde de mesa camilla


Hoy es uno de esos días en que una desearía tener la fuerza de un cíclope, qué digo un ciclope, de un ejercito de cíclopes, para empujar y empujar hacia arriba la espesa manta que se ha instalado sobre nuestras cabezas.

Está tristón. Ni siquiera llueve con ganas. Simplemente alguien, allá arriba, se ha olvidado de encender el ventilador.

Tarde de mesa camilla y el libro abierto por la página que ayer se quedó pendiente.

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