domingo, 29 de noviembre de 2009

secaderos de congrio en Muxía





En el corazón de A Costa da Morte hay un pequeño pueblo, Muxía, que se hizo tristemente famoso a finales del año 2002. El Prestige se había partido en dos frente a su costa y de repente todo se volvió negro.

Siete años después, la vida en Muxía es la que nunca debió cambiar.

Los pescadores salen al mar cada mañana y al final de la jornada, como ha sido toda la vida, cambian sus impresiones en los bares del pueblo o sentados junto al puerto.

Es en este rincón de Costa da Morte donde se conserva el único secadero de congrios artesanal que existe en Europa.

Cuando el viento del Norte anuncia días de sol, la familia de Juan Diz se afana en la preparación de los congrios para colgarlos al aire libre, donde el sol y el viento harán su trabajo de secado. Es un trabajo laborioso, duro. El congrio ha de ser limpiado, abierto y perforado para que el viento pase a través de los orificios que facilitan el secado y permiten su total aireación.

Después de colgarlo en las "cabrias", entramado de palos que sirve a tal fin, permanece allí durante quince o veinte días, hasta que está totalmente seco. Hay que estar pendiente del tiempo en cada momento ya que la humedad o la lluvia producirían moho que echaría a perder todo el trabajo realizado.

El producto final es prensado y, en fardos, se exporta al exterior: en Galicia no se consume habitualmente el congrio seco.

Es fácil ver su característica imagen en tiendas de Soria, Calatayud.........

sábado, 14 de noviembre de 2009

Después de la tempestad llega la calma


Ayer estuvimos de triste aniversario. Siete años se cumplieron de la tragedia del Prestige. También ese día el mar estaba embravecido y soplaban vientos que levantaban olas inmensas. Aquel viejo cascarón cargado de fuel no pudo resistirlo y nos inundó con su letal y negra carga.

Este 13 de noviembre no hemos tenido que lamentar otra desgracia como aquella, pero el fuerte viento y la lluvia parecían querernos recordar tan fatídica fecha.

NUNCA MAIS

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Tarde de mesa camilla


Hoy es uno de esos días en que una desearía tener la fuerza de un cíclope, qué digo un ciclope, de un ejercito de cíclopes, para empujar y empujar hacia arriba la espesa manta que se ha instalado sobre nuestras cabezas.

Está tristón. Ni siquiera llueve con ganas. Simplemente alguien, allá arriba, se ha olvidado de encender el ventilador.

Tarde de mesa camilla y el libro abierto por la página que ayer se quedó pendiente.

lunes, 9 de noviembre de 2009



















A tan solo 20' de Santiago de Compostela, hemos rehabilitado dos antiguas casas de labranza y las hemos dotado de todas las comodidades para que te sientas como en tu propia casa